Resumen

La música puede modular el estado emocional, reducir el estrés y afectar parámetros fisiológicos (como la frecuencia cardíaca o la presión arterial).

La música puede modular el estado emocional, reducir el estrés y afectar parámetros fisiológicos (como la frecuencia cardíaca o la presión arterial). No obstante, no existe evidencia científica sólida de que “una frecuencia exacta” (ej. 432 Hz o 528 Hz) cure enfermedades específicas.

Cómo actúa el sonido en el ejercicio

  1. Ritmo y sincronización motora
    Nuestro cerebro tiende a sincronizar los movimientos con el ritmo (fenómeno de entrainment). Si corres o haces bici con música de un BPM similar a tu cadencia, se percibe menos esfuerzo.
  2. Modulación del ánimo y motivación
    La música activa circuitos dopaminérgicos de recompensa → mayor motivación, mejor tolerancia al esfuerzo, sensación de “flujo”.
  3. Reducción de la percepción de fatiga
    Los estudios muestran que la música a tempo rápido (120–140 BPM) reduce la percepción de cansancio y ayuda a prolongar la actividad.

Frecuencias y estilos útiles

Aquí lo importante no es tanto una “frecuencia mágica” (como 432 Hz o 528 Hz), sino el tempo (BPM) y la emoción que transmite la música.
Sin embargo, hay gente que reporta mayor disfrute y relajación con música afinada en 432 Hz, aunque esto no está comprobado clínicamente; puede actuar más como un refuerzo subjetivo.

Efectos universales (independientes de cultura o moda)

Factores culturales y subjetivos

Musica Deporte Psicologia 3

Lo que realmente hace bien al cuerpo y al cerebro, universalmente, es:

Los géneros y estilos son añadidos culturales: sirven como vehículo para esos ritmos, pero no son la esencia del efecto fisiológico.

 

Mapa de entrenamiento musical

FaseBPM sugeridoEfecto fisiológico universalObjetivo en el cuerpo/cerebroTipo de música/sonido recomendado
Calentamiento90–110 BPMActiva suavemente el sistema nervioso simpáticoElevar gradualmente frecuencia cardíaca, preparar músculosRitmos moderados y claros, percusión ligera, melodías simples (ej. groove, soft beat, percusión tribal suave)
Parte principal (cardio/alta intensidad)120–140 BPMSincronización motora óptima; mayor excitación fisiológicaOptimizar rendimiento, reducir percepción de fatiga, aumentar motivaciónRitmos marcados y repetitivos, alta energía, percusión predominante (ej. beats electrónicos, tambores rápidos, patrones rítmicos claros)
Parte principal (fuerza/control)100–120 BPMRitmo constante, excitación moderadaMantener cadencia de esfuerzo sin sobreacelerarSonidos con pulso estable, repetitivos pero menos frenéticos (ej. groove medio, rock rítmico, techno suave, percusión lineal)
Vuelta a la calma (cool down)70–90 BPMDesciende la excitación simpática, activa el parasimpáticoRelajar sistema nervioso, bajar frecuencia cardíaca, favorecer recuperaciónMelodías lentas, suaves, con menor percusión (ej. ambient, chill, música instrumental lenta)
Estiramientos / relajación final50–70 BPMInduce relajación profunda, respiración pausadaDisminuir cortisol, promover calma, cerrar sesiónSonidos atmosféricos, naturales, ambientales, con respiración o pulsos suaves

Claves universales

Calentamiento (90–110 BPM)

Parte central – Cardio / Alta intensidad (120–140 BPM)

Parte central – Fuerza / Control (100–120 BPM)

Vuelta a la calma (70–90 BPM)

Estiramientos / Relajación final (50–70 BPM)

Tip: puedes buscar en Spotify, YouTube o apps de música frases como:

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